Historia y contexto 1985
1985: Contra la tiranía, el pueblo pasa a la ofensiva.
Casi 500 presos políticos. Carlos Godoy torturado hasta la muerte en un calabozo, al igual que Patricio Manzano. Los hermanos Vergara Toledo acribillados en las calles de Villa Francia. Carabineros degollando opositores pacíficos. Amnistía para los genocidas de la Caravana de la Muerte.
La oposición de centroderecha, la Alianza Democrática, firma con la Iglesia Católica el “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia”, asegurando una transición ‘democrática y pacífica’ si Pinochet accede a entregar paulatinamente el poder.
Terremoto en Santiago. La represión se vuelve a intensificar frente a la masividad de las manifestaciones, con alto saldo de muertos y heridos. Los apagones ya logran abarcar casi todo el territorio nacional y se convierten en marca distintiva del Frente durante las jornadas de protesta.
A los constantes sabotajes, ataques a comisarías y hostigamiento a cuarteles, los ya mencionados apagones, las entrevistas y tomas de agencias de radio y prensa para difundir proclamas, este año se agrega la destrucción de un helicóptero militar, y la práctica de confiscación de camiones de comida para repartirlos en poblaciones azotadas por el hambre, lo que luego será un símbolo de justicia popular.
Internamente, con la decisión del Partido Comunista de avanzar en el plano militar hacia mayores grados de confrontación, se estructura la primera Dirección Nacional y se llevan a cabo intensas tareas de formación política y militar para jefes y combatientes a cargo de instructores oficiales, en Santiago, Concepción y Valparaíso. Se inician los trabajos de exploración para el Tiranicidio, que incluyen seguimientos y análisis de alternativas.
De forma espectacular y haciendo gala del nombre, al más puro estilo de Manuel Rodriguez un comando del Frente ingresa disfrazado de policías a la Clínica Nuestra Señora de Las Nieves, desde donde rescata a “Salomón”, Fernando Larenas, primer jefe del Destacamento Especial, herido en la cabeza por el enemigo durante su detención, y con daño neurológico permanente. Se demuestra en los hechos la ética rodriguista. Porque en el Frente, nadie queda atrás.
Mientras los partidos que instigaron el Golpe de Pinochet contra Allende se alían con los socialistas arrepentidos para aislar al comunismo y prepararse para recibir la bendición y posta del Dictador, el Partido y el Frente se preparan a la vez que radicalizan e intensifican los métodos de lucha para la batalla que por fin derroque a la tiranía.