Historia y contexto 1987
- El Frente continúa su camino:
1986 había dejado clara la imposibilidad de mantener el modelo militar de dominación. Pero también había convencido a los partidos con apuestas populares armadas, que era imposible derrocar a Pinochet.
Con la apertura de los registros electorales en febrero y la re-legalización de los partidos políticos en marzo, la decisión de la burguesía nacional e internacional, de derecha, centro e “izquierda” (mutada a socialdemocracia neoliberal) es respetar el calendario establecido por la Dictadura y su ilegítima Constitución Política de 1980.
En abril, la visita del Papa Juan Pablo II, primera de un Sumo Pontífice a Chile, congrega a casi medio millón de personas en el Parque O’Higgins, mostrando por un lado la voluntad del poder mundial de sacar a Pinochet “por las buenas”, pero también y por otro la impaciencia y rebeldía del pueblo chileno harto del hambre y la represión, que convierte la actividad en una batalla campal contras las fuerzas de orden y seguridad.
Habiendo detenido ya a varios de los involucrados en el fallido Tiranicidio del año anterior, la Dictadura persiste en la venganza sobre el Frente. Los días 15 y 16 de junio secuestra, tortura y asesina a 12 combatientes. Los días 9 y 10 septiembre secuestra, tortura, asesina y desaparece a otros 5.
El Partido Comunista, ya volcado a tareas electorales y convencido de sumarse con el resto de los partidos al itinerario impuesto (pese a ser el único partido al que no se le permite la legalización), decide desarmar definitivamente su Fuerza Militar Propia, con la intención de reubicar a sus militantes en tareas estrictamente políticas.
A estas alturas el crecimiento cuali y cuantitativo de los últimos 4 años, con muchos combatientes reclutados directamente (sin pasar por el Partido), determina que la mayoría del Frente decida mantenerse en las estructuras armadas, apostando por la formación de una organización independiente: El Frente Patriótico Manuel Rodriguez – Autónomo.
Su primera acción demuestra que la capacidad operativa está intacta. El 1 de septiembre un comando secuestra al Coronel de Ejército Carlos Carreño, pidiendo a cambio la liberación de presos políticos, difundir una proclama en los medios y el reparto de víveres, ropa, juguetes y materiales de construcción en 13 poblaciones de Santiago.
Pese al descomunal despliegue represivo, la detención y tortura de militantes, y la absoluta negativa a negociar, el coronel sólo es liberado 3 meses después en Brasil, luego de que la familia pagara 13 camionadas de ropa y comida para los barrios solicitados.
Aunque los golpes represivos y la separación del Partido hacen mella en las capacidades políticas y operativas, el Frente termina el año con una demostración de fuerza y audacia, y apuntando al debate que se tomará el año siguiente: el Plebiscito.