Historia y contexto 1988

  1. Plebiscito y desastre de Los Queñes:

El plebiscito para decidir la continuidad de la Dictadura tiene fecha: 5 de octubre. A contrapelo de la decisión acordada por la burguesía de realizar una transición pacífica para mantener un neoliberalismo sin Pinochet, el Frente adopta una postura de frontal rechazo al proceso electoral.

Denunciamos el Plebiscito como un fraude, un engaño al pueblo. Pero respetamos a quienes honestamente piensan que votando ‘NO’ contribuirán a terminar con la Dictadura. Pero más valoramos y respetamos a quienes no se inscriben en los registros electorales y luchan frontalmente contra el tirano.” declara la Dirección Nacional. Apoyando todas las formas de lucha pero relevando la necesidad de la confrontación directa contra Pinochet.

Así, mientras las milicias rodriguistas participan en las protestas realizadas antes del plebiscito, se fortalecen las estructuras rurales para lanzar lo que será la apuesta estratégica del período: La Guerra Patriótica Nacional (GPN), acciones que deben asegurar el control transitorio de localidades para realizar propaganda y agitación, buscando neutralizar las fuerzas del enemigo, destruir sus instalaciones y recuperar sus medios.

El triunfo del ‘NO’ demuestra equivocada la tesis del fraude, y la GPN pierde atingencia en lo inmediato. Esa noche las acciones urbanas pasan de control y defensa de los territorios a marchas milicianas de saludo armado a la victoria en las urnas. La pronosticada indignación popular por el fraude se transforma en alegría por el triunfo electoral.

Pese a equivocar el pronóstico del resultado del plebiscito, el Frente insiste en la tesis de perpetuación del sistema. “Ahora, con esta democracia naciente que viene disfrazar la dictadura y sus crímenes, se avecinan tiempos difíciles para los revolucionarios. Intentarán destruirnos, el enemigo nos cercará, nos aniquilará, destruirá nuestra logística y comunicaciones, mellará nuestra confianza, nuestra moral. Intentarán aislarnos del pueblo, intentarán perpetuar su modelo de dominación económica y política, intentarán maquillar y legitimar la esencia de un sistema injusto y criminal. En ese difícil escenario que se avecina, quedaremos muchas veces aislados, sin provisiones, sin medios, cercados, agobiados. Muchos de nosotros posiblemente caeremos. Sin embargo en este difícil momento, se define el carácter histórico de nuestra lucha. No debemos dejar de luchar, mantener la lucha irrenunciable del pueblo por la dignidad y la justicia”. La evaluación, en palabras de Raúl Pellegrin, es clara.

El mismo Pellegrin decide comandar una de las acciones de toma y propaganda armada con que se lanza el 21 de octubre, de forma simultánea en La Mora, Aguas Grandes, Pichipellahuén y Los Queñes. En este último (donde se encontraba Pellegrin) resulta un carabinero muerto en la acción. Esto desencadena una persecución por la precordillera durante días, con las fuerzas represivas desplegadas con perros, helicópteros y un centenar de efectivos.

El 27 de octubre son vistos vivos por última vez Raúl Pellegrin y Cecilia Magni, líderes máximos del Frente Patriótico Manuel Rodriguez, quienes luego de ser detenidos y torturados por 36 horas por personal de Carabineros, son lanzados agónicos al río Tinguiririca donde sus cuerpos serán encontrados días después.

Este, el golpe más fuerte enfrentado por la organización, determinará en gran medida el derrotero de los años venideros.